El orégano, de nombre científico Origanum vulgare, es una planta de la familia de las Lamiáceas nativa de Europa, Asia y la región mediterránea que suele crecer en bordes de bosques, riberas, matorrales, bordes de caminos y taludes. Es una hierba perenne aromática que alcanza entre 30 y 80 centímetros. Sus tallos son cuadrados, erectos y algo pilosos. Las hojas son opuestas, tienen forma oval y son anchas, sus bordes suelen ser enteros o levemente dentados. Sus flores son muy pequeñas y pueden ser rosadas, púrpuras o blancas y se encuentran dispuestas en espigas densas.

El orégano posee numerosas propiedades que han sido ampliamente estudiadas. Algunas de ellas son: antioxidantes, antimicrobianas, antitumorales, antisépticas, antiespasmódicas, antifúngicas, analgésicas, digestivas, cicatrizantes, diuréticas y expectorantes³. Entre sus beneficios para la salud se encuentran: aliviar afecciones respiratorias como el asma y la tos, limpiar el tracto respiratorio y los tubos bronquiales, mejorar la digestión, el apetito y el meteorismo, combatir las bacterias y los microbios y aportar antioxidantes como el carvacrol y el timol que protegen las células del daño.

El orégano se puede consumir en diferentes formas como planta fresca o seca, infusión, tintura, extracto líquido, cápsulas, supositorios y aceite esencial.