La uña de gato, que incluye dos especies cuyos nombres científicos son Uncaria tormentosa y Uncaria guianensis, es una planta medicinal que posee propiedades diuréticas, antioxidantes, antiinflamatorias, inmunoestimulantes y depuradoras, pudiendo ser utilizada para ayudar en el tratamiento de infecciones, inflamaciones y mejorar la actividad del sistema inmunitario. Esta planta crece en forma de enredadera formando arbustos trepadores y posee hojas de color verde claro con espinas levemente curvadas y un tallo de color marrón rojizo y crema; además, puede almacenar agua en su interior para satisfacer sus propias necesidades. La uña de gato puede ser consumida en forma de té de la corteza, la raíz o la hoja, en forma de pastilla o en gotas, pudiendo encontrarse en tiendas de productos naturales.

La uña de gato ayuda a aumentar las defensas del organismo, pues promueve la producción de glóbulos blancos y la activación de las células del sistema inmune, ayudando al cuerpo a combatir agentes extraños. Es posible que este beneficio se deba a que la uña de gato posee proantocianidinas y otros compuestos que ayudan a combatir virus, hongos, protozoarios y bacterias como el Staphylococcus aureus, Enterococcus faecalis y Pseudomona aeruginosa.

Algunos estudios científicos indican que la uña de gato posee diversos componentes alcaloides, los cuales favorecen en la inhibición de moléculas proinflamatorias en el organismo, además de tener propiedades analgésicas, por lo que podría ser una excelente opción para las personas que sufren de bursitis o problemas en las articulaciones como artritis, artrosis y artritis reumatoide.